La colegiata de Zenarruza o de Ziortza se sitúa a escasos 2 kilómetros del núcleo urbano de Bolivar. Fue un importante enclave dentro de la ruta jacobea de la costa y su influencia se extendía más allá de la comarca superando el ámbito religioso.
La tradición marca su fundación en el siglo X con una leyenda que cuenta como el día de la Asunción del año 968 los vecinos celebraban misa en la iglesia de Santa Lucia de Garay en Guerricaiz y un águila cogió una calavera de una tumba que estaba abierta y se la llevó hasta que la dejó caer en el lugar donde hoy está la iglesia de la colegiata. Los vecinos entendieron este hecho como una señal y levantaron, en el lugar donde el águila dejo la calavera, el complejo religioso.
El conjunto de instalaciones monásticas comprende una iglesia del siglo XV de estilo gótico renacentista (donde destaca el retablo plateresco de su altar mayor), un precioso claustro de mediados del siglo XVI y distintas dependencias propias de la clausura y la vida comunitaria como las casas del abad, la de los colonos, el refectorio y la antigua hospedería-hospital, donde actualmente hay un edificio nuevo.
A la Colegiata de Zenarruza se puede acceder por los restos de una calzada empedrada utilizada antaño por los peregrinos jacobeos. Zenarruza, única colegiata existente en Bizkaia, y considerada como uno de los tesoros del territorio, fue un importante enclave del Camino de Santiago por la Costa durante la Edad Media y, sobre todo, el Renacimiento.
El complejo consta de:
La iglesia, del siglo XIV en sus orígenes aunque con muchas remodelaciones correspondiendo el estado actual a un estilo gótico y pudiéndose fechar en el siglo XV. En su interior hay un magnifico órgano, de los más antiguos de Vizcaya y un conjunto escultórico interesante. El pórtico tiene curiosas tallas en sus vigas y la puerta de entrada luce un conjunto escultórico que representa a Jesucristo con dos ángeles músicos.
El claustro, renacentista. De planta cuadrada y dos cuerpos con arcos de medio punto el primero y rebajados el segundo. En las enjutas hay conchas de peregrino y cruces flodelisasdas.
La puerta este, que es la principal de entrada al complejo religioso, es de medio punto con el escudo de armas de las familia Múgica y Butrón.
La puerta oeste, más pequeña que la este luce el mismo escudo y sobre el mismo la imagen del águila con el cráneo entre las garras.
Tuvo hospital de peregrinos que se destruyó en un incendio pero que ha sido reconstruido recientemente y sirve como hostelería. Quedan restos de la calzada de acceso que formaba parte del camino de Santiago. Actualmente la sirven monjes cistercienses y depende del monasterio de la Oliva en Navarra.
Antigua campana.
Claustro de la Colegiata de Santa María de Zenarruza. Es una obra renacentista de 1560, de planta cuadrada y dos pisos rematados por una cornisa de dentellones: el inferior, de arcos de medio punto sobre columnas toscanas, y el superior, recorrido por una balaustrada y arcos rebajados. Entre éstos hay medallones con cruces y veneras, recursos muy utilizados por el abad Irusta.
El interior es de una sola nave dividida en dos tramos y abside ochavado. Las paredes, que estuvieron enlucidas y pintadas, son hoy monótonos lienzos de mampuesto interrumpidos por columnas que soportan las bóvedas de crucería estrellada, diferentes en cada tramo, respondiendo al momento en que fueron construidas.
La pared absidal se amuebla con un retablo realizado hacia 1543. Consta de predela con relieves de los Apóstoloes, dos cuerpos con pinturas de la vida de la Virgen presididos por su imagen gótica, y ático coronado por el Calvario. Todo ello completado con motivos decorativos derivados del plateresco (cabezas de ángeles, roleos, columnas abalaustradas, etc). Su base responde a una reforma barroca con tres esculturas bajo arco de medio punto: San Roque, romanista; San Antolín, del siglo XVIII; y San Bernardo, recientemente colocado. A ambos lados se sitúan otros dos retablos barrocos diseñados en 1746: el de San José y el del Rosario.
A los pies se alza el coro, de dos tramos, contemporáneo del pórtico y sustentado por bóvedas rebajadas cuyas nervaduras se unen en claves con el escudo de los Irusta. En él se encuentra el órgano de 1670-1686, uno de los más antiguos de Bizkaia.
El suelo, entablado con las tapas de las sepulturas que reproducen el encajonado del cementerio del siglo XVIII, oculta los orígenes de Zenarruza. En las excavaciones, se detectaron los restos de dos iglesias y de dos necrópolis. De la fase antigua, datada entre los siglos IX y X, se recuperaron un sillar prerrománico con un motivo astral en bajorrelieve y algunas cubiertas sepulcrales horadadas, relacionadas con las "necrópolis del Oiz".
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